"En el Código de las Mujeres se encuentra la Regla #2: Ley De No Admisión, que incluye una lista de las cosas que una mujer jamás admitirá. Una de las primeras es: un engaño (seguida por sus fechas del mes)" (Sororis Index p.15, 1843)
Si bien es cierto que los hombres tampoco son propicios a admitirle a su novia cuando la han engañado, lo único que se necesita es presionar lo suficiente para que ceda. En cambio, una mujer jamás lo admitirá.
Nunca.
Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, NUNCA.
Así la encuentren en medio del acto, o el hombre se lo haya contado al novio, o lo que sea, JAMÁS lo admitirá. No significa que mienta o diga que no sucedió, sino que jamás saldrán por sus labios las palabras de admisión de la acción.
Es parte del orgullo y dignidad de una mujer el no verse obligada a aceptar dicha culpa. Dada que esta es una actitud antiética, propia de personas con poca moral, es común que esta clase de mujeres desvíen el tema, responsabilicen al hombre, o nieguen la realidad con tal intensidad que el mismo hombre y todos a su alrededor duden de la verdad.
Esto se refiere expresamente al deseo consciente y voluntario de relacionarse física y/o emocionalmente con otra persona fuera de su relación. Situaciones alternas, como una infidelidad bajo la influencia de sustancias u otros eventos extraordinarios no se desarrollan de la misma manera.
En estos casos la mujer ética y honesta confesará la situación a su pareja con prontitud, o mantendrá el secreto hasta estar seguras o encontrar el momento adecuado, pero si es confrontada con el hecho, lo admitirá.
Porque en serio: Si tuvieron los cojones de hacerlo, tengan los cojones para admitirlo.
Lo único peor que tener fama de Puta es tener fama de Puta y Mentirosa.
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